Lo que más has buscado, está ahí, justo detrás de tí

martes, 2 de abril de 2013

Risto Mejide

Están siempre ahí. Jamás fallan. Vayas donde vayas, ahí que van, dispuestos a darlo todo. Acuden al cine para toserte a la oreja, al teatro para disputarte el reposabrazos y a ese concierto para taparte justo el ángulo de visión donde está el cantante. Bloquean las carreteras cada fin de semana, el transporte público todas las mañanas, se llevan el último periódico y se suben al ascensor muy rápido para que no te dé tiempo a cogerlo. Crían a sus hijos para ocupar el asiento que está justo detrás de ti cada vez que tomas un vuelo intercontinental. Roncan cuando necesitas dormir. Hablan cuando necesitas silencio. Y eso sí, en cuanto buscas su compañía, desaparecen.

Si te fijas, siempre esperan a que salgas a la calle para caminar dos metros por delante, fumando pipa. Y si te gusta la pipa, fuman puro. Y si también te gusta el olor del puro, pues fuman otra cosa. Hasta que encuentran el humo que te haga entrar náuseas. Y si no hay humo que lo consiga, entonces pasarán al plan B y probarán dándole rienda suelta a su halitosis o a su olor corporal. Y así todo el rato. Por cierto, eso que ves ahí no es que hagan cola, es que están dibujando una flecha humana que señala tu siguiente destino, el lugar donde estás a punto de perder los próximos minutos de tu vida. Ellos son así.

No se saben tu nombre, ni falta que les hace. No te confundas, no es ni siquiera ignorancia, es desinterés. Saben de sobras por dónde te mueves, y con eso les basta para hacer bien su trabajo. Si les preguntas, te dirán que no, que su función no tiene nada que ver contigo. Que son médicos, astronautas, estudiantes, alpinistas, samuráis. Pero no te creas nada, es todo una tapadera. Su misión en la vida la tienen muy clara. Están programados para ello. Y no van a parar hasta conseguirlo.

Son los demás. Cargo que les fue asignado en cuanto nacieron siendo cualquier otro menos tú. Cargo que desempeñan sin conocimiento de causa y con el que van a tener que apechugar el resto de su vida.

Los demás, por definición ese incordio, coñazo y estorbo con el que encima no tenemos más remedio que convivir. Inventamos nuevas tecnologías no para progresar, o para llegar más lejos ni siquiera para comunicarnos mejor. Inventamos chismes y servicios para estar con los demás sin tener que aguantarlos. El home cinema es un cine sin los demás. El coche revolucionó el siglo pasado porque nos permitió llegar a los sitios sin los demás. Y ya no digamos la moto. Pero es que el e-mail es el mensaje con los demás bien lejos. Las redes sociales son una conversación, sí, pero sin tener que soportar ni el olor ni la presencia de los demás. Y qué es el móvil sino una puertecita inventada por Lewis Carroll por la que entran y salen los demás. Sólo aquéllos privilegiados que pueden comer tus galletitas, claro.

Y sin embargo, de tanto en tanto, un demás irrumpe en tu vida y sin saber muy bien cómo o por qué, deja de serlo. Ese día te giras y hasta puede que te preguntes cómo fue posible que vivieses pensando que esa persona era parte de los demás.

Sin embargo, de tanto en tanto, son los demás los que nos proveen de nuevos puntos de vista, ya sea a favor o en contra de lo que creemos ser. Son los demás los que jamás nos podrán decepcionar, porque antes deberían dejar de serlo. Y son los demás los que, algún día, seguramente nos sorprendan y nos hagan crecer. Gente que se convierta en personas. Y viceversa.

No sé en qué momento ocurrió, cuándo se nos fue la pinza y llegamos a creer que el verdadero lujo era un espacio cada vez más vacío. Pero cuanto más nos alejamos de los demás, más nos dimos cuenta de que ellos eran los únicos de los que podíamos aprender. Y ahora toca recuperarlos.

De un tiempo a esta parte, un grupo de demases nos está enseñando que sí se puede. Que Goliath tuvo siempre los pies de barro y que aquí el emperador jamás se vistió. Y encima, por el camino, nos recuerda palabras como el escrache, tan fea en su significante como bella en su significado. En el momento de escribir estas líneas, todavía nadie les ha dado públicamente las gracias. A demás.

Y es que, por injusto que parezca, en tu vida conocerás sólo dos tipos de personas.

Las que algún día echarás de menos.

Y todas las demás.

miércoles, 20 de marzo de 2013

-Humo de café negro.-

¡Vaya! Me he acordado de la maldita contraseña...
       La verdad es que no planteaba el día de hoy como me lo planteo ahora.. a esta hora de la madrugada, exactamente las 3:20.. Y yo aquí, recordándote, anhelandóte, necesitándote... Tan 
frágil, te recuerdo... Todos los días de mi vida...
     Fuiste tanto para mí, eras mi alma gemela, mi ángel guardián y tan pronto como apareciste, hice
que te esfumaras , casi sin poder digerirlo...
    Si supieses cuánta falta me haces... seguramente dejarías de torturarme.. dejarias de hacer que 
te recordase para poder vivirte día a día... 



   ¡¡¡¡¡¡COÑO!!!!!!
TANTAS PUTAS PROMESAS QUE SE ESFUMAN CON EL HUMO DE CADA CAFÉ 
DE MIS TRISTES MAÑANAS... 
    Ya casi cuatro años, y yo cada día te quiero más.. y tu recuerdo no se esfuma, se hace más latente...
Me arrepiento tanto... Sólo si pudiera.....

sábado, 7 de abril de 2012

Hay que hacer algo con esta montaña de cosas sin hacer.
                                        Un sinfin de cosas.

T

Tanta hipocresía que me entran ganas de vomitar.
Políticos corruptos, gastándose y robándonos nuestro dinero, mientras gente que roba porque no pueden comer son mandados a la cárcel.. Qué inapropiado dios mio...

viernes, 6 de abril de 2012

Y así fue como...

Poco a poco, se alejó, se fue encerrado más en ella-
Ya no salía, no quería tomar té, no hacía nada sola, y pasaba el tiempo y así se esfumaba su fé.
Nunca supo realmente que le pasó, que motivo, o porqué razón dejó de vivir para ser feliz, y paso a vivir por vivir. Dejando así pasar sus mas intensas ganas de hacer locuras, por salir, beber, bailar, correr y gritar.
Perdió sus ganas, sus ganas de disfrutar de su juventud, de su adolescencia..
Y así fue, como esta chica de dieciocho años, sin quererlo ni beberlo, pasó a ser, una adulta, con piel juvenil.

lunes, 2 de enero de 2012

Y que habrá sido de lo que eramos, donde quedará lo que somos ahora.. Y es que mirándolo bien, y siendo totalmente objetiva, todo ha cambiado. Yo he cambiado ( creo que a mejor ) y todo a nuestro alrededor esta cambiando constantemente. ¿ Qué es de lo que fuimos ? Quizá sea un extraño proceso de maduracion, quien sabe... Yo ne quedaré sentada, viendo como todo cambia, incluso yo.

sábado, 10 de diciembre de 2011

Ay dios mio;

Le diste cerebro, pero nunca piensa. Le diste boca pero nunca habla. Le diste ojos pero nunca mira. Le diste pies, pero se desvía del camino seguro.